Entrada al monasterio de Leyre

El Cister Ibérico

Un recorrido por los monasterios cistercienses de la península ibérica

Inicio / El Cister en Navarra / Monasterio de Leyre

Situación

Leyre, Yesa

Navarra

Filiación

Morimond / Escaledieu / La Oliva / Leyre

Horario de Visitas

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Propietario

Comunidad benedictina de Leyre

Estado de Conservación

Bueno

Obras

No

Comunidad religiosa

Si

Culto

Si

Restricciones Visitas

No

Pagina Web

Si

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Otros servicios

Hospedería

Leyre musical

(información en página web del monasterio)

Alrededores

Castillo de Javier

Pantano de Yesa

 

Monasterio de Santa María de San Salvador de Leyre

Importante monasterio Navarro el que nos ocupa, cuyo origen se ha remontado hasta los visigodos, sin que realmente se pueda documentar esta datación. Sí se tiene constancia de su existencia e importancia en el año 848, cuando es nombrado por San Eulogio de Córdoba en su epístola dirigida al obispo de Pamplona Wilesindo, en la que recoge su viaje por los monasterios Navarros y aragoneses de los Pirineos, documento fechado en año 851. El santo hace referencia a su abad Fortunio, y a la importancia de su biblioteca y scriptorium. En aquel momento la comunidad pertenecía a la orden benedictina. De esta época es también la leyenda que acompaña al monasterio sobre su abad Virilia, cuyo mandato se sitúa en 928, y que según la leyenda quedó arrobado escuchando el canto de un pájaro en la huerta del monasterio y cuando el pájaro calló, al regresar al monasterio habían pasado 100 años. También en esta etapa en el año 880, llegaron al monasterio las reliquias de las mártires mozárabes Nunilo y Alodia, de gran devoción para los habitantes de la zona. Las incursiones de Almanzor, que se extendieron hasta los pirineos, supondrían la ruina material y espiritual del monasterio, que terminaría en el siglo siguiente con la reconstrucción del monasterio.

Excavaciones realizadas en la actual iglesia del monasterio han permitido conocer la existencia de una construcción anterior, localizada en la actual nave gótica, que tenía una cabecera tripartita con un ábside central mas destacado y que corresponderían a la primitiva iglesia mozárabe, que seguramente conociera San Eulogio en su viaje (bibliografía).

Esta primitiva iglesia permanecería hasta que bajo el reinado, y con la protección de Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035) y posteriormente de su hijo García de Nájera (1035-1054), se acometa la construcción de la nueva iglesia románica, que se consagra por primera vez bajo el reinado de Sancho el de Peñalén (1054-1076) el día 27 de octubre de 1057. La ceremonia presidida por el rey fue un gran acontecimiento, al que asistieron los obispo de Pamplona, Juan, que era a su vez abad de Leyre, el obispo de Calahorra y Nájera, Gomesano, el de Álava, Vigilia, el de Aragón, García, el abad de San Juan de la Peña, Velasco y el rey de Aragón, Ramiro I (1035-1064) tío del joven monarca navarro. Existe cierta seguridad de que las dos iglesias, la románica y la mozárabe debieron coexistir al menos hasta que se construyó la última, por lo que la demolición de la primitiva iglesia se debió realizar con posterioridad a la consagración de la nueva, cuando ya impedía el avance de la nueva. La construcción quedó inacabada, solo realizándose la prolongación de los muros laterales pero no los pilares y arcos de las naves interiores. Cuando se reanudo la construcción, en el siglo XI, se abandonó el primitivo proyecto, que se transformo en una sola nave que se cubría con bóveda de madera. Se habían realizado los muros perimetrales y las dos portadas la occidental y la lateral. Por su parte el fuerte desnivel del terreno obligó a la construcción de la cripta que es de la misma época, así como la torre campanario. Una nueva ceremonia de consagración, celebrada el 24 de octubre de 1098, de nuevo enriquecida por la presencia del rey de Aragón y Navarra, Pedro I ((1094-1104), el obispo de Pamplona, Pedro de Rodez, el de Huesca, Pedro, el de Roda e Isábena, Poncio, el obispo dimisionario de Santiago de Compostela Diego Peláez, que estaba refugiado en la sede de Pamplona y numerosos abades de San Pedro de Roda, Montearagón, San Ponce de Tomeras, y Raimundo a la sazón abad de San Salvador de Leyre

Es bajo el abadiato de Raimundo cuando el monasterio alcanza su mayor esplendor, gracias a las donaciones reales de Sancho Ramírez y de sus hijos Pedro I y Alfonso I, ademas de otras de numerosos particulares. Esta época coincide con la instauración de la regla benedictina, y con la independencia del monasterio que deja de tener la consideración de una dependencia de la familia real navarra.

En el año 1083 como consecuencia de la reforma Gregoriana, se produce la separación entre el nombramiento de abad de Leyre y el de obispo de Pamplona, hasta ese momento unidos y cuya designación era realizada por el rey. Tras la muerte de Alfonso I de Aragón y Navarra, y la separación de los dos reinos con la aparición de una nueva dinastía navarra, comienza para Leyre una etapa de dificultades, con el cese de apoyo real, y con el enfrentamiento con el obispo de Pamplona, de cuya jurisdicción trató de eximirse sin lograrlo, lo que causaría una crisis económica y de la disciplina, que tendría graves consecuencias para la comunidad

Con la instauración en Navarra de la casa de Champaña y el reinado de Teobaldo I (1234-1253), se intenta poner fin a los problemas de Leyre por el procedimiento de cambio de la orden promovido por el abad Domingo de Mendavia (1230-1239), como intento para superar la crisis. Esto no se hizo sin dificultades, pues supuso sesenta años de luchas entre benedictinos y cistercienses, que concluyo en 1307 con la incorporación al Cister bajo el reinado de Luis el Hutin (1305-1316) de la casa de Francia, quedando como filiación del monasterio de la Oliva, pero este largo enfrentamiento dejaría al monasterio diezmado en sus posesiones y fortaleza económica y espiritual.

En el siglo XIV una epidemia de peste negra, que afectó a la población navarra, así como hambrunas producidas por sequías, sumado a las guerras con Castilla (1362) y Aragón (1378), impedirían la recuperación del monasterio. A a partir de 1441, a la muerte de Blanca de Navarra, comienzan enfrentamientos internos que terminan en las guerras civiles entre beamonteses, partidarios de D. Carlos Príncipe de Viana y agramonteses partidarios de su padre D. Juan de Aragón, el monasterio se alinea con estos últimos y durante diez años Leyre sufrirá las consecuencias de esta guerra, con el consiguiente descenso de la población, de la comunidad de monjes y de la disponibilidad de bienes.

Desde la muerte del Príncipe de Viana y hasta la incorporación a la corona de Castilla, durante los reinados de Catalina de Foix y Juan de Albret (1494-1517) se produce un lento resurgir del monasterio, siendo de esta época la bóveda de crucería que cubre la iglesia abacial, cuya terminación se produce durante el abadiato de Gabriel de Añués, cuyas armas decoran las claves de las bóvedas.

Será en el siglo XVII cuando los monasterios navarros se unan a la Congregación Cisterciense de la Corona de Aragón y Navarra, se acomete la renovación del monasterio cuyas celdas amenazaban ruina, construyéndose el nuevo monasterio donde estaba hasta entonces la huerta, obra que se encomendó a D. Juan de Ancheta, que muere de manera repentina sin haber terminado los cimientos, tras múltiples cambios en el proyecto y en los constructores terminaría por finalizar el 14 de septiembre de 1648, siendo el siglo XVII de estabilidad y mejoría en todos los aspectos del monasterio.

Nada mas comenzar el siglo XVIII, con un incendio que causa la destrucción de parte de las dependencias claustrales, la guerra de secesión en la que el monasterio apoya a la causa borbónica, el desbordamiento del río Aragón en 1739 que causa pérdida de cosechas y destrucción de la presa y el molino, trae problemas económicos al monasterio así como la pérdida de los ideales monásticos cistercienses. Tras un breve período de recuperación que permite mejoras dentro del monasterio, así como el esfuerzo de los abades por mejorar el nivel intelectual de los monjes, el fin de siglo y el consiguiente siglo XIX serán un lento declive, continuado con la invasión francesa y la guerra de independencia , con dos intentos de desamortización que se completarán con la de Mendizabal, siendo el prior fray Cosme Iroz el que cerraría la abadía el 19 de febrero de 1836.

Se siguen 27 años de abandono y expolio del monasterio hasta que se consigue por la Comisión de Monumentos de Navarra que no se vendiese en publica subasta, y en 1868 se declara el conjunto Monumento Nacional. La Diputación Foral e Navarra adquiere el monasterio en 1937 se encarga de la restauración total del monumento encargando las obras a José Yarnóz Larrosa, bajo la supervisión de la institución Príncipe de Viana, comenzando las obras en 1945 y el 10 de noviembre de 1954, llegaban al monasterio un grupo de monjes benedictinos de la congregación de Solesmes, procedentes de Santo Domingo de Silos, terminándose la restauración en 1979, siendo elegido su primer abad Augusto Pascual

Plano monasterio de Leyre

La iglesia
Porta speciosa
Cripta