Vista de la portada de la iglesia de Iranzu

El Cister Ibérico

Un recorrido por los monasterios cistercienses de la península ibérica

Inicio / El cister en Navarra/ Monasterio de Iranzu

Situación

Arbazuza

Navarra

Filiación

Citeaux / Cour Dieu / Iranzu

Horario de Visitas

Otoño

Hasta el 30 de septiembre: de lunes a domingo de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00

A partir del 1 de octubre: de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00

Invierno

De lunes a domingo de 10:00 a 14:00 y de 16 :00 a18:00

Propietario

Comunidad Teatina

Estado de Conservación

Muy bueno

Obras

No

Comunidad religiosa

Si

Culto

SI

Restricciones Visitas

No

Pagina Web

Conectar

Otros servicios

No

Alrededores

Cañón del río Iranzu

Monasterio de Irache

 

Monasterio de Santa María de Iranzu

Estamos ante un monasterio situado en una zona boscosa en el fondo de un valle al que se accede a través de una sinuosa carretera que parte desde la población de Abárzuza, como mandan los cánones cisterciense, aislado y de difícil acceso. La nominación de Iranzu se debe al topónimo en euskera que significa helechal y que fue respetado por los fundadores del monasterio. Sorprendente monasterio por su belleza cisterciense que conserva todo lo mejor de la arquitectura de la orden sin apenas licencias tan propias de las reformas introducidas durante el barroco y renacimiento.

La abadía es filial de Cour Dieu, a su vez filial de Citeaux, siendo la primera filiación de la casa madre en la Península Ibérica.

Se tienen noticias de la existencia del monasterio desde los tiempos de Sancho el Mayor de Navarra en el año 1027 si bien no se unirá a la reforma cisterciense hasta 1176, durante el reinado de Sancho Garcés VI el Sabio, cuando doce monjes de la abadía de La Cour Dieu, bajo la dirección de Nicolas de Artajona, hermano de D. Pedro de Artajona obispo de Pamplona, acuden al lugar con la misión de fundar la comunidad cisterciense. El apoyo del obispo a la comunidad será constante hasta que en 1193 fallece y es enterrado en el monasterio, por lo que es probable que la cabecera de la iglesia estuviera terminada. En 1199 estaba concluida la sala capitular, a tiempo para recibir al hermano y primer abad que fue enterrado en ella. En los primeros años el monasterio recibió numerosas donaciones, creando un rico patrimonio de propiedades que quedó consolidado a mitad del siglo XIII. En el año 1270 se produce la donación en testamento de Teobaldo II de "mil sueldos para la obra del refectorio, que se construyó bajo los abadiatos de Bernabé Fernando de Pamplona y Fortunio de Anderaz, y del que apenas se conservan restos medievales debido a los dos derrumbamientos ocurridos en el siglo XVII que fue parcialmente reconstruido por el Abad fray Domingo de Astete, y el segundo tras la exclaustración y abandono del edificio, siendo reconstruido en época contemporánea por la institución Príncipe de Viana conservándose parte de los muros laterales y la puerta de acceso.

El comienzo del declive económico del cenobio comienza con la peste negra de 1348, tras la que los diferentes conflictos del reino como la guerra del rey Carlos II el Malo en Francia, la guerra civil de Navarra a mitad del siglo XV, a los que siguió diferentes catástrofes climatológicas, permitieron que la mayor parte del patrimonio del monasterio se perdiera.

En el año 1512 se produce la anexión del reino de Navarra por el de Castilla, de la mano del duque de Alba siguiendo las órdenes de Fernando el Católico, lo que produce un cierto renacimiento económico, pero al mismo tiempo el comienzo de una política de injerencia de la monarquía en los asuntos monásticos, como el nombramiento de abades, en Iranzu fueron siete los abades de nombramiento real: Martín Juarez procedente de Piedra, Domingo de Astete de Valbuena, Plácido del Corral y Luis de Estrada, también de Castilla.

En el siglo XVII se produce la formación de la Congregación Cisterciense de la Corona de Aragón, en contra de las intenciones de Felipe III y Felipe IV que intentaron adscribirlos a la congregación de Castilla, siendo el Papa Urbano VIII el que con la bula Salvatori Nostri Vices consolida esta unión. Esto permitió una época de bonanza y estabilidad en los monasterios navarros, acometiendo nuestra abadía obras de remodelación y ampliación.

Durante el reinado de José Bonaparte en 1809 se dicta la primera exclaustración, en el mes de septiembre se presentan en la abadía un letrado y el vicario Antonio Martínez para hacer inventario, y cargar en carros todo lo que de valor existiera en el monasterio para llevarlo a Estella, obligando a los monjes a vestir ropa de seglar y abandonar el lugar. Los monjes volvieron en 1814 para ser expulsados de nuevo en 1820

Es el monasterio el último al que se aplicó la desamortización, debido a que la zona estuvo en manos carlistas hasta que los monjes salieron de Iranzu a finales de septiembre de 1839, mes y medio después de la finalización de la primera guerra carlista, siendo el ultimo abad Fausto María Pascual

Durante 104 años estuvo abandonado hasta que en 1943, los padres Teatinos llegan al lugar iniciando la reconstrucción junto a la Institución Príncipe de Viana y la Diputación Foral de Navarra.


 

 

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Sala capitular
Capilla de San Adrian
Cocina